viernes, agosto 22, 2008

Miercoles 20 ...CRISIS.-

En este periplo he tocado muchas puertas, se han cerrado miles y más de una ventana ha quedado abierta. Otras es mejor olvidar o no volver a abrir. El sino es sabio y es por eso que sabe lo que hace…mas, entré en crisis…o algo similar. Mis pilares han tambaleado, al igual que mis creencias, ni hablar de mi presente o del futuro. He estado perdida en la mitad de mi ciudad, he caminado por sus calles y las lágrimas han rodeado mi rostro. He pasado de la pena negra al éxtasis de tocar el cielo…pero hace un par de días todo me superó. Pude ver la realidad, en su mirada perdida mi alma se quebró, las palabras no salían y sentí –por instante- que mi corazón dejó de latir. Luego te ayudé a recordar esas tardes eternas en las que tomada de tu mano me llevabas por la ciudad sólo para hacer realidad mis sueños. Lo recordabas todo…no soltabas mi mano…tenía que huir de ese lugar, no tengo la capacidad ni la madurez emocional para soportar hospitales ni menos la muerte. Caminé sin rumbo…pérdida entre las calles que conozco de toda la vida…nadie piensa en lo que siento, o al menos eso parece que ocurre a mi alrededor. Estoy agotada de tantas situaciones que ya no quiero ni puedo dar más de lo que puedo…como no entender algo tan simple que es el no tener fuerza para ayudar a otros si con suerte me sostengo…no es de víctima o algo similar, es cansancio y de alguna manera son las ansias de estar tranquila. Pero al parecer este periodo lo que menos tiene es paz, la práctica me tiene sumida entre la decepción y el aburrimiento…más la puta sensación de que se que puedo dar más (muchísimo más), pero tengo puras mierdas que ya no dependen de mi, sino que de terceros. El resto sin mucho movimiento, pero que puedo pedir si la desmotivación es superior y ya me tiene mal, con el temor de reprobar y pidiendo energías para que nada malo suceda. Ya son tres meses, solo queda la mitad (eso espero y ruego días tras día) y uno de mis objetivos se ve cada vez más cerca. Mi trabajo me tiene hastiada, ya nada es como al principio, quiero aprender más pero me siento atada de manos, que angustiante es esto, me carga…y mi serie de sentimientos se encuentran y desencuentra. Lo que más apasiona por estos días son mis clases que ya están llegando al final y mi emoción, nerviosismo y estrés se vuelven uno…pero el orgullo es superior, porque para mi nada es imposible. Parte de mi mundo en dudas, navegando entre mares melancólicos, llenos de interrogantes, de alegrías, de impotencia, de maravillosos descubrimientos y confirmaciones y alegrías. Ni hablar de la vorágine emocional por la que estoy pasando…descubriendo, reconciliándome y re-encontrándome de lo que quería divorciarme indefinidamente. Y en la mitad de este vertiginoso camino apareces TÚ...me gusta como me miras y como besas, me gusta dormir entre tus brazos y compartir esta parte de mi vida…por un momento tu sonrisa me regala lo que necesito, porque siento que puedo llegar a creer en lo imposible…

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