lunes, octubre 06, 2008

Versión 2.8

Las cosas han cambiado…es inevitable no reconocerlo. Mi vida ha dado un giro enorme, quizás es parte de la etapa por la que estoy pasando. Tal vez soy yo, no lo tengo claro…pero cada mañana, al abrir mis ojos, los días tienen un nuevo brillo, cada amanecer es similar al otro, las noches pasan en fracción de segundos y cada despertar es más difícil. Debe ser que ya ha transcurrido gran parte del año y el cansancio ya es notorio. Las energías disminuyen pero la sonrisa ilumina mi rostro, más de lo que podría reconocer.
He tenido semanas negras, en que siento que todo es una mierda, que estoy en una parte de la práctica en que ya no soporto las humillaciones ni el trato vejatorio que tengo…mas, una pequeña persona apareció en mi vida, de manera intempestiva. Persona especial que la adoro de extraña manera, que soporta mi puto carácter y todo lo que ello conlleva. Una amiga especial, más de lo que podría reconocer. La quiero que tanto, que ella jamás lo podría imaginar. Pero mi extraña manera de querer termina haciendo daño, y es inconciente. Mis actitudes terminaron dañando su débil corazón. No pude soportar una semana sin su compañía, cada día se me hacía más duro y más triste. La melancolía me visitó como hace muchísimo tiempo no lo hacía. Ni siquiera TU maravillosa compañía aliviaba mi pena, sólo la hacías más llevadera. TU dulce despertar encanta mis mañanas y lentamente comienzo a asumir que te estás convirtiendo en una persona especial, de la cual no me puedo ni quiero alejar. A diario me haces feliz, TU sonrisa es mágica, ni hablar de tus besos ni tu entrega…y las palabras no me salen, hay algo que me detiene…como decirte que eres mucho de lo que he soñado, que tu candidez es lo que había esperado por años, que una parte de mi tiene la extraña sensación de que quiero estar contigo por mucho tiempo, que cuando estoy entre tus brazos el mundo se detiene. A pesar de eso, mi pena no desaparecía…mas un viernes tomé la decisión de dejar a un lado el orgullo, con mi amiga no podían seguir las cosas así, TU me repetías a diario que tenía que conversar con ella, que mi tristeza era muy grande. Y ese viernes nos fuimos a un cafecito por el Bellas Artes, conversamos largas horas, nos reímos, nos desahogamos y nos pedimos perdón. La conversación se extendió durante horas, hasta quedarnos dormidas del cansancio. Recuerdo que el amanecer ya fue distinto, el equilibrio estaba regresando, mi corazón se sentía completo al tener a mis cariños en orden y de regreso al hogar.
Las cosas nunca van a volver a ser como en antaño, nada es igual, a veces es peor, otras no podría ser mejor. Ya mi vida cambió. Cada lágrima que he derramado estas semanas vale la pena, una a una. Cada mal momento me han convertido en una mujer más fuerte y con más fe en lo que nunca tuve… soy mejor que antes, a veces peor. Todo es parte del crecimiento.
Todo es parte de estos 28 años que han llegado en gloria y majestad…más soñadores que antes, más realistas que antes….y muchísimo más encantada de la vida…como si fuera la primera vez que descubriera el mundo…

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