viernes, marzo 13, 2009
Cambios...
Esta tarde he estado pensando en un sin fin de cosas…mas, principalmente en las relaciones de pareja. Basta solo con mirar a mi alrededor, a mis amigos, o en mi circulo más cercano y por primera vez abrir mis ojos y darme cuenta hacia donde vamos…hacia donde quiero ir…luego de un quiebre siempre termino cuestionándome un millón de cosas: en que fallé, que hice mal, que podría haber hecho para evitarlo, que proyecto, que mierda me pasa. Son algunas de las cosas que dan vuelta por mi cabeza. Prometí no sufrir por R.D, pero fue inevitable. El dolor que siento ha sido más fuerte de lo que podría reconocer y después de casi un mes soy capaz de hablar, de escribir de ello. Algunos piensan, inclusive, tienen la certeza de que me enamoré…no siento que me haya pasado eso, tal vez me controlé tanto que de alguna u otra manera fui capaz de conducir mis sentimientos y que estos fluyeran de acuerdo a lo que me iban dando. Quizás me entregaba de manera proporcional a lo que recibía, me autoimpuse límites, tal vez ese fue mi yerro. O tal vez en creer en una persona llena de miedos cambiaría y podría enfrentar la vida con coraje, craso error. Lejos el más grande de todos, mas me dí la oportunidad de creer y de ser feliz, aunque fuese por siete meses exactos. Me pude sobreponer al primer quiebre, jamás creí que un segundo quiebre sería tan catastrófico y dañino…prometí no llorar, mas los días han ido pasando y mis fuerzas comenzaron a debilitarse y una lágrima cayó por mi rostro…no se detuvo, mi pena me superó y la tristeza golpeó mi puerta. Ilusamente le abrí, no puedo pasar mi vida escondiendo lo que siento, lo que pasa. Me aburrí. Soy lo que soy, no puedo ni quiero evitarlo. Ocultar el dolor mataría mi esencia y me haría vulnerable en un futuro demasiado próximo. Reconozco que extraño tu presencia, tus caricias, tus besos, pasar mis noches a tu lado, reírnos de nuestras idioteces, tus odiosos turnos, ese llamado telefónico, tu preocupación, tu mirada…absolutamente todo lo que teníamos. Di todo y más de lo que podría haber hecho en una relación, es por eso que mi pena tiene un dejo de tranquilidad. Fuiste el primero en confiar en mí para llevar una causa, creíste en mí y eso no tiene valor. Me enseñaste a creer en mí, en que sí puedo tener una relación, en que soy capaz de dar la pelea cuando siento que vale la pena, que puedo querer, que puedo mirar a los ojos y decir te quiero, sin temor a nada, me ayudaste a ser feliz, como olvidar esa tarde de navidad en que fuimos uno, en que por mucho tiempo salí a comprar un regalo para un chico especial, en que soñaba con pasar tardes enteras a tu lado, y tantas cosas más, minutos que atesoraré en mi baúl de los recuerdos. Tomada de tu mano subía a tu moto, tus manos sanaron mis heridas, tus manos cuidaron mis dolores físicos, mas tu miedo infinito, vivir en función de él, sentir que exteriorizar lo que sientes fue matando lentamente lo nuestro. Tal vez no era el minuto de terminar con lo nuestro, mas, ahora que lo pienso fue el mejor momento. En un futuro lejano o próximo me habrían liquidado…todo tiene una razón de ser…tu mirada triste, melancólica, tu, pidiendo a gritos amor se contradicen con lo que haces, dices y sientes. No me merezco eso…por lo mismo hoy decidí enviar todo mediante correos, preferí gastar una suma menor de dinero antes que mirarte a los ojos, simplemente porque no tengo las fuerzas. Se que no llamarás, tu orgullo es demasiado grande y mi dignidad y amor propio también. Con el paso de los días el dolor va disminuyendo, la soledad nunca me ha dejado, porque si lo pienso siempre he estado sola, con o sin pareja…basta con mirar a mi alrededor y ver que hay muchísimas relaciones que están mal y que las personas involucradas no son capaces de poner fin. Hay miedo al compromiso, miedo a estar solo, obsesión por creer en que el otro va a cambiar, miedo a perder la libertad. Si al fin de cuentas estar en pareja va más allá de todo eso. Lo que sucede es que a veces la vida es tan difícil que preferimos caminar acompañados, por eso nos ponemos una venda y continuamos engañándonos. Al menos me aburrí de eso. Se que algún día, en algún lugar de esta enorme ciudad hay alguien esperando por mi.
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