miércoles, mayo 06, 2009
Una idea o quizás más de una...
Llevo días pensando en lo que necesito, en lo que me falta, en mis quimeras y en mis proyectos. Hace una semana que me titulé, después de nueve largos años de espera pude concretar mi carrera, ya dejé de ser una persona “en trámite”, por fin puedo decir “soy abogada”. Mas con esa “investidura” me visitó un estado de tranquilidad, pero no tenía presupuestado que de la mano del título vendría la angustia, la ansiedad de que muchísimas puertas se abran, al parecer me va a costar abrir esas puertas, todo es culpa del entorno y de la globalización, soy una víctima de la “crisis económica”, así que no se de donde tendré que sacar paciencia, mas ella aparecerá. Mi naturaleza siempre me ha llevado a pensar que el resto de mis necesidades las puedo dejar en la mochila, pero la verdad es que no es así. En un abrir y cerrar de ojos me encontré con una ventanita que me hizo click, mas sin quererlo ha mantenido a mi mente ocupada en esa ventanita que tiene nombre y apellido. Deseo tener paciencia y soñar con que en la vida todo es posible, pero es inevitable dejar de soñar. Es tan complejo despertar y ver que a la luz de la mañana todo es distinto, pero que en realidad no es tan distinto, sino que puede ser cierto, pero vaya una a saber, sobre todo con “ellos”, que dicen una cosa, hacen otra y piensan otra. O al menos eso ha sido mi “karma”, pero porque no pensar que la vida puede ser diferente, que por esa ventanita sí puede entrar un dejo de luz y permitirme soñar. Pero puta que me cuesta confiar en las personas, si en menos de cuatro meses he tenido que sacar a un par de ellas, sin darme cuenta faltaron a mi confianza y se olvidaron de todo. Si al final, al hacer la raya pa´la suma hay saldos en contra, y esos saldos duelen, duelen más de lo que podría reconocer, pero, si me detengo un segundo, el saldo a favor es muchísimo más positivo de lo que esperaba. Parece que es más fácil esperar nada, así si recibo algo me sorprendo. No lo puedo evitar, si me quieren hacer daño que lo hagan, si tengo que llorar, lo voy a hacer, si más que mal sigo creyendo en las personas, en la bondad que cada una tiene en su interior, me cuesta ver la maldad, prefiero andar a ciegas por la vida, de alguna extraña manera siempre he logrado ponerme de pie ante lo que sea, me termino sorprendiendo de mi misma. En algún lugar recóndito de mi ser me enamoro de la vida, con su dulce-agraz que ella es, que si bien me ha puesto más de alguna dificultad, algo sucede que de la nada todo me hace sentido, que sigo creyendo en que una sonrisa puede cambiar el mundo, un abrazo regalado con el corazón puede cambiar mi mundo, que en la vida la pasión no lo es todo, que a veces es necesaria la ternura, que no importa todas las veces que puedan romperme el corazón, que cada derrota me ayuda a ser más fuerte, que cada lágrima derramada tiene sentido cuando un buen día despierto y me doy cuenta de que si me vuelvo a dar una oportunidad, de que si vuelvo a creer todo puede ser muchísimo mejor que ayer, que un chocolate caliente y una sonrisa me regalan la quimera de que mañana todo va a ser distinto…me he convertido en una soñadora empedernida, nada que hacer. Para que soñar con tocar el cielo, si cuando quiera puedo tocar las estrellas con mi mano.
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