El otro día, cuando menos me lo esperaba sonó mi móvil…fue una de las peores noticias que he recibido en las últimas semanas. Por un momento sentí como el corazón se me paralizó, quede sin aire…por suerte no viste mi cara, la que es capaz de ocultar mis emociones, el detalle fueron mis ojos. Prometí no llorar…después de tanto tiempo, el sábado en la noche no lo pude evitar. La tristeza me supero, al igual que la angustia y el sentir que otra batalla he perdido.
Pero esa misma noche me prometí que todas mis historias de antaño, desde ese viernes, forman parte del pasado. No volveré a mirar hacia atrás…no más…desde ahora y desde hoy solo me importa el futuro…
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