miércoles, diciembre 24, 2008
Siete meses....
Y contando…parece que fue ayer 19 de mayo, cuando crucé la puerta del consultorio, con la única meta de terminar mi práctica. Desde un principio le baje el perfil a la situación (que es algo que suelo hacer), sin temor a lo que se me venía, tampoco se me pasó por la mente lo que me esperaría. Los días transcurrían y el temor se apoderaba de mí, tenía demasiadas actividades, lo que logré fue un colapso que jamás había vivido. Mi vida cambio en ciento ochenta grados en apenas tres meses, pasé de ser una universitaria mantenida, de compartir gastos, de dormir hasta la hora del carajo a trabajar, asumir responsabilidades, a estar atenta a lo que podía o no pasar, levantarse todos los días al alba y llegar al depa cuando ya era de noche. De a poco comencé a dejar de lado la hora de almuerzo, mis hábitos cambiaron, era la única manera de que el día fuese provechoso y aún así tenía la certeza de que me faltaban horas. Por mucho tiempo deseaba días de cincuenta horas y más pero era seguro de que todas formas se me harían cortas. Lo peor es que el miedo se apoderaba de mí y comenzó a vivir conmigo y tuve que aprender a lidiar con él. Que decir de mi estado anímico, era tan cambiante como la luna, irritable al máximo, enojada la gran parte de cada jornada, con efectos horrorosos en todos los que me rodeaban, cual ventilador tirando mierda a todos. Descubrí lo que es dormir sin descansar, quedarme dormida mientras esperaba que me atendieran, los fines de semanas se me esfumaban entre las labores hogareñas y las responsabilidades que acarrea el vivir sola, de la mano olvidaba todo, desde pagar las cuentas hasta comprarme comida. Mi refrigerador parecía un mero adorno en mi cocina, cosa que hasta el día de hoy no ha cambiado. Mis plantitas, todo ser vegetal terminó muriendo, olvidaba regarlas y siempre me decía que lo haría a la mañana siguiente. Error, siempre lo olvidaba. Con suerte mi felina maravillosa es la única que nunca le ha faltado comida, porque en cuanto a mí, hasta dejé de cocinar, como que perdí la inspiración y las ganas de hacerlo. Así que me hice intima amiga y aliada de las ensaladas, de las sopas en sobre y de la comida preparada. Después de haberme divorciado del café, nos reconciliamos de una manera que parece que entre ambos nunca hubiese existido una separación. Seguía detestando mi práctica y todo lo que la rodeara, pero no pude hacer oídos sordos ni ojos ciegos frente a algunas personas que se me cruzaron en el camino, si bien me he convertido en un ser bastante especial y sobre todo solitario, mis amistades de antaño se hicieron más fuertes y más cercanas. Las nuevas me conocieron en mí peor momento y aún siguen a mi lado. En todo este tiempo no tenía espacio para una persona, ese ser especial que todos queremos, me dedicaba a salir un rato, pasarlo bien y al más nimio detalle se iba despachado. Estaba en busca de nada pero de todo. Lo increíble es que dentro de toda esta vorágine apareció una persona, que de la nada se empezó a acercar y lentamente llenaba un vacío. Me acompañaba en mis rabietas, mis mañas y soportaba que me quedara dormida ante la más pequeña muestra de cariño. Puto cansancio que me jugó más de una mala pasada, mas, a pesar de eso él seguía a mi lado. No se como ni cuando me empezaron a pasar cosas, pero el torbellino en el cual me encontraba me superó y me terminaron dejando. Prometí no llorar, pero la pena fue superior, ni entrenando dejaba de pensar en mis errores y más de una lágrima derrame bajando del cerro. Por primera vez en toda mi vida lamenté hacer tanta cosa junta, lamente haber crecido y odié el haber querido crecer tan rápido. Lo más extraño de todo es que hubo algo en mi que me hizo querer seguir adelante y ver que podía pasar si ambos nos dábamos una oportunidad, cual kamikaze enfrenté el rechazo, de la nada el cosmos lentamente comenzó a dar señales de que se podía alinear para mí…y así fue. Sin que me diera cuenta comenzamos a estar juntos, la idea de estar con él era maravillosa, los días pasaban y todo era mejor que ayer (y hasta hoy cada día es más dulce, más lindo), al parecer tenia que solucionar un par de temas para poder soltar todo lo malo y estresante y dejarme llevar….al igual que tu, con tus miedos, tus trancas y todo incluido decidiste embarcarte conmigo en esta etapa, nueva para ambos, pero que día a día la disfruto más, que me pasan cosas cuando te veo, que siento cosquillitas cuando nos vamos a juntar, que es inevitable estar más radiante por ti y por mí, que ahora tu lo estás pasando mal, pero que ahora ya no estas solo, que me tienes a tu lado. Que no se en que minuto el cosmos se alineó completamente y ambos nos entendemos y nos dejamos llevar, que mi regalo de terminar lo que empezó un 19 de mayo esta lentamente concretándose…que tu mirada es lo más dulce que tengo por estos días, que tus besos son los más hermosos que mis labios recuerden, que tus caricias son las más sinceras que he tenido durante años…que por estos días nos tenemos el uno el otro y nos aceptamos con nuestras cargas….
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1 comentario:
Eso es algo maravilloso...
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