A pocas horas...

En la época del colegio, mi mente tenía miles de ideas dando vueltas por mi cabeza…algunos eran sueños…y todo se veía tan lejano, pero jamás imposible. Daba lo mismo si la utopía era tocar el cielo con mis manos, o inclusive detener le tiempo…todo lo podía hacer realidad, mi entusiasmo era enorme…pero la misma vida se encargó de poner trabas en mi camino…y muchas veces fracasé, y me he caído cien veces (quizás más), pero lograba sobreponerme y superaba esos escollos…siempre con la certeza de que ellos me servirían para crecer y convertirme en una persona más fuerte. Mas, la fortaleza es tan débil, que en algunos instantes se convirtió en debilidad, en obsesión…y mientras más ganas le ponía a mis proyectos, ellos se hacían más inalcanzables o difíciles…por lo mismo pienso que mi vida es agri-dulce…tal vez, gracias a ello valoro muchísimo más lo que tengo…es parte del regalo que la mismísima vida me hace…en una de esas vueltas me he puesto a pensar de que por lo mismo será que me gustan los desafíos, siempre quiero lo más inalcanzable…me esfuerzo el doble…pero cada vez que llego a la meta me siento plena y llena de orgullo…aunque sea doloroso, y aunque en varias ocasiones he tenido que dejar de lado muchas cosas…pero se que todo el sacrificio valdrá la pena.
Ahora debería de dormir, de descansar…se acerca el día…mi día…mi mente no deja de pensar, todo da vueltas…todo se ve confuso, pero dentro de esa confusión logro ver con claridad…
La verdad: tengo miedo…pero el coraje se ha convertido en mi eterno aliado…
En la inmensidad de la noche pienso en una cosa: “nada sucede si no es primero un sueño”…esto no lo tenía planeado, simplemente se ha dado siguiendo su curso natural…a pocas horas de lograr lo imposible….a pocas horas de que llegue a su fin…a pocas horas de concretar lo que comenzó como una idea…a pocas horas de ser más de lo que nunca imaginé…